El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) es un problema que se presenta comúnmente en la infancia, especialmente durante los primeros 7 años de edad, y que puede dificultar la concentración y aprendizaje de quien lo padece. Involucra un comportamiento que tiende a afectar el desenvolvimiento de los niños en los ámbitos familiar, social y educativo, el cual se hace aún más evidente al momento en el que el niño se incorpora al sistema educativo formal, es decir, cuando comienza a formarse dentro de la escuela.
Actualmente, el 5% de la población infantil presenta TDAH, lo que representa alrededor de 2 niños por salón de clases. Podemos decir que se trata de un síndrome de la conducta y la persona que lo padece tiene la capacidad de emprender actividades por sí solo, pero con esa misma facilidad pierde el interés rápidamente, presenta ciertas dificultades para mantenerse quieto y, además, no piensa antes de actuar.
Quizá te has preguntado en muchas oportunidades si este déficit trae consigo algunos efectos y, de la misma manera, te interesa saber si existen algunos ejercicios para mejorar la calidad de vida de tu hijo(a).
Algunas de las principales características del déficit de atención en niños: el desequilibrio emocional, la distracción recurrente, los movimientos que son generados por la constante inquietud, entre otras conductas.
Si bien este trastorno neurológico es un síndrome de la conducta que tiene su origen en los genes y en las células del sistema nervioso y que, en su momento, el pediatra inglés George Still lo definió como un factor heredado; su denotación ha ido cambiando al pasar los años.
Hasta la fecha no se ha determinado con exactitud cuáles son las causas del déficit de atención, pero se cree que puede deberse a una combinación de los siguientes factores: